ENAMORADO EMPEDERNIDO

Un día cualquiera, mientras caminaba por las calles de la ciudad -y cabe decir-, muy bien acompañada de un pequeño adorable, nos dispusimos a subir unas escaleras que daban a la calle.

Como suele suceder, uno camina mirando hacia delante y con la cabeza en las próximas dos horas, o bien, va conversando o escuchando al otro si se va acompañado.  En este caso ni una ni otra, ibamos riendo de un chiste, cuando de repente -imagino que por cuestión de altura-, mi listo y veloz acompañante se detiene en seco y dice: ¡Mira lo que hay escrito! Yo aún perdida miro sin ver nada y digo ¿Dónde? -a lo que responde: Aquí en el escalón.

En plena boca de metro nos agachamos, como si en el mundo sólo existiéramos nosotros, e intentando no obstruir el paso, leimos el escrito. Sonreímos y luego de comentar las ocurrencias de la gente, empezamos a subir de nuevo, cuando nos miramos a la cara (yo francamente pensaba en sacar mi móvil y tomar una foto, por más incómodo que fuera el lugar) pero no fue necesario decirlo, porque este pedacito de gente me dice: Oye, y por qué no le tomas una foto y la cuelgas en el blog?! 

Yo casi suelto una carcajada y le digo ¿En el blog? ¿Tú crees? Y qué diría yo con este letrero? a lo que muy seguro responde: 

Puedes decir, que un enamorado empedernido ha dejado este mensaje para su chica, la cual pasa cada dia por esta estación y sale por aquí. 

Oléeee mi niño! Eso está hecho (Done Deal!!!)

Luego de tomar varias fotos, parecía no leerse por completo y la gente curiosa al vernos a ambos en plena acción, se agachaba a leer mientras pasaba -qué risa-, al final marchamos con las fotos y una gran sonrisa, a lo que aún me dijo el singular protagonista: Oye, y si no se lee el letrero en la foto, escribes al lado lo que dice y ya está!!

¡Cosas y Casos de la vida misma, amig@s!

Para que nunca olvides que estoy contigo a cada paso. Te quiero.

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